Los encuentros más importantes ya han sido
planeados por las almas antes incluso de que los
cuerpos se hayan visto. Generalmente estos
encuentros suceden cuando llegamos a un
límite, cuando necesitamos morir y renacer
emocionalmente. Los encuentros nos esperan,
pero la mayoría de las veces evitamos que
sucedan. Sin embargo, si estamos desesperados,
si ya no tenemos nada que perder, o si estamos
muy entusiasmados con la vida, entonces lo
desconocido se manifiesta, y nuestro universo
cambia de rumbo.
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